Sí, este debería ser un Blog eminentemente económico y empresarial, pero desde hace unos días una infernal gripe me tiene cogido de los... entresijos y no me deja leer la prensa con toda la fluidez que alguien dedicado a estos asuntos debiera.
Por lo tanto, uno de los temas que ahora esta de moda y que se trata de suponer, por más que haya flipadillos que creen tener base científica, como es el de la sucesión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, me parece un buen tema para desparrar unas líneas entre tanto dato macro que publica hoy el INE.
Desde hace ya bastantes meses parece claro que ZP no seguirá, o lo que es lo mismo, que no se presentará a una segunda reelección en 2012. Ahora por lo tanto se trata de ver quién le sucederá. Canditatos, tantos como churros, la realidad, que el PSOE va perder las siguientes elecciones generales, y puede quedarse con una sonada mayoría absoluta en contra, motivos ha ofrecido para ello, pero al margen de los ajustes políticos, que aquí no procede darlos, el debate de la sucesión planteado ahora es absurdo.
La mejor opción es la continuidad de ZP.
Mis motivos, muy simples. Presentar a otro candidato significa sentarle porque sí en la silla de los derrotados sin tener opción a pelear. Por eso, lo mejor sería que ZP perdiera, vale, puede que lo haga con mayor estrépito del que lo haría Rubalcaba o Chacón, pero la derrota es la misma. Por lo tanto, lo ideal sería plantearse después de haber perdido las elecciones y en un proceso de primarias, como todos sugieren, quién será la persona que encabece el nuevo proyecto socialista.
Así, al menos, lo veo yo.
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