"Basándome en lo que he visto hasta ahora, soy bastante optimista en que 20.000 millones de dólares es más que suficiente"
Estas han sido las palabras del abogado de BP, Kenneth Feinberg, que es la persona encargada de representar legalmente a la compañía energética por su "pequeño vertido" en las aguas del Golfo de México. Es decir, BP ha sido capaz de cuantificar los daños, y lo ha hecho en... por ejemplo, 20.000 millones. Sí, ese ha sido el coste.
¿Realmente se puede cuantificar algo así?, ¿una cifra puede subsanar o recomponer todo lo que allí se ha perdido?
Se estima que BP ya ha desembolsado más de 2.000 millones en multas, demandas, ect... El monto ha recaído en unas 125.000 personas. Así, a priori, parece que no está mal. Cientos de personas se han visto afectadas por la catástrofe natural, y evidentemente, alguien debe hacerse cargo de las lentejas de ciudadanos que vieron como una mañana perdían muchas de las cosas que tenían.
Pero la cuestión no es esa. Habría que repensar si somos los únicos moradores de la tierra, cosa ésta que parece que así creemos.
La multa está pagada, los daños causados a las personas son reparables, pero, ¿y el medio ambiente?, ¿cómo se repara ese daño ecológico?
Parece claro que el síndrome del ombliguismo absoluto sigue entre nosotros, la cuestión es saber hasta cuándo.
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