El futuro de la CEOE

Hoy, 20 de diciembre, podría considerarse como jornada de reflexión antes de las importantes elecciones que se producirán mañana día 21.

Para el común de los mortales, o las personas que transiten al margen de los movimientos económicos, las elecciones a la CEOE le pueden resultar intrascendentes o incluso una de esas "chorradas" que los medios de comunicación, como este al que representa el Blog, le dan una importancia desmedida.

Desde 'dirigentesdigital.com' hemos asistido, una por una, a algunas de las últimas apariciones públicas de las tres caras visibles de estas elecciones. Primero fue el cantidato Joan Rosell, y posteriormente sus "adversarios", liderados por Santiago Herrero, y a cuya candidatura se suma el presidente de Ametic, Jesús Banegas.

Dos contra uno, ese puede ser uno de los titulares de estas elecciones, pero según se acercan las horas para el inicio de las elecciones, parece claro que será más disputado de lo que se pensaba.

Si hace tres semanas Joan Rosell no dejaba de hacer públicos todos su apoyos, ahora parece que no son tantos, y Herrero ya ha dicho que muchos de ellos no se los cree.

Al margen de los tejemanejes electorales y las "mourinhadas" que cada uno se ha ido clavando estas semanas, las elecciones a la CEOE son fundamentales por varios motivos. El primero es porque tras la reforma laboral todos han quedado desconformes, tanto sindicatos como patronal, por lo tanto, parece necesario que todos los llamados actores sociales participen de un proceso que se antoja vital habida cuenta de la todavía exagerada tasa de paro que nos golpea.

Otro de los factores clave, e íntimamente relacionado con las situación laboral, es que la CEOE no deja de ser la representación empresarial ante la sociedad y esos famosos "mercados", por lo que una organización fuerte, capaz y ajena a todas las polémicas de las que gracias a Díaz Ferrán se ha rodeado la patronal, son indispensables para que todo recobre su normalidad.

Desde 'dirigentesdigital.com' guardaremos las formas y no nos decantaremos por ningún candidato, aunque eso no signifique que tengamos nuestro favorito.