5 millones, ¿de qué?

Hoy era el día en que de nuevo entraban en la precampaña electoral los desempleados. El día en que España sufre un nuevo revés y la EPA dicta sentencia: casi cinco millones de parados.

El dato no deja lugar a la dudas, es demoledor. En algunos sitios, como por ejemplo Andalucía, la tasa de paro roza el 31%. Simplemente escalofriante.

Todos los medios se hacen eco de la noticia. Cada cual lo utiliza como le parece, algo lógico, pero el problema es que nadie se percata de la realidad, ¿en serio que hay 5 millones de parados? Seamos sensatos, sinceros y arrojemos la hipocresía a la basura.

No hay 5 millones de parados. Mejor dicho, no hay 5 millones de personas que no trabajan, esa es la definición más certera. Quien diga lo contrario, es porque no quiere abrir los ojos ante la realidad.

Voy a poner un caso práctico, verídico y que solo es uno de entre los miles que se producen en España. Hace unas semanas, en un pueblo del norte de Badajoz, cuatro albañiles se disponían hacer una pequeña obra. Había que reconstruir una escalera que subía a un segundo piso y ponerle una baranda. Pues bien, entre charla informal y cervezas, resulta que dos de los albañiles no tenían contrato, pero si cobraban prestaciones por desempleo de su anterior trabajo. Asimismo, también figuran en esa lista de desempleados de la EPA, cobrando más que yo a final de mes.

Eso por no hablar del mamoneo de las facturas, el IVA y esas cosillas que no hace falta añadir en todos los casos, según el jefe de la cuadrilla.

Éste es solo un ejemplo pequeño, de un lugar pequeño, y de una tierra que no importa a nadie. Pero todos los días se dan cientos de casos así. Por lo tanto, cuando hablamos de 5 millones, ¿de qué hablamos? Desempleados, parados, gente sin trabajo... Que nadie se leve a engaño y eche cuentas. Si de verdad hubiera 5 millones de parados, este país sería una ruina mayor de la que es. Así de simple.