Desde que empezó la crisis económica todas las acciones se miden en consecuencia a la misma. Es decir, el gasto, si es mucho o poco, las compras que se hacen, las ventas... en general todo lo que tiene que ver con el consumo.
Y precisamente del consumo quiero hablar hoy. Pero del consumo real, el auténtico, ese que puede hacernos salir de la crisis. Y es que la gente está muy confundida. Por norma general cuando se ven los campos de fútbol llenos, los centros comerciales, los cines... Todo el mundo piensa lo mismo: "pues no dicen que estamos en crisis".
Lo cierto es que en la sociedad consumista que nos ampara vivimos precisamente de eso, del consumo. Pero a la hora de la verdad encontramos un problema, ¿sirve de algo el consumo a pequeña escala para reactivar la economía?, ¿que un centro comercial esté lleno es síntoma de algo?
La respuesta es no. Se trata de un consumo marginal, algo que la gente no deja de hacer. Y esto, también afecta a la manera de producir. Lo hace porque ejerce una influencia equivocada. Crecen las tiendas, los pequeños comercios... Pero eso realmente es un parche para la sangría en materia de desempleo. Lo que necesita España son grandes fábricas, creación de empresas tecnológicas, que el valor añadido y los puestos de trabajo cualificados sean importantes.
De nada sirve una tienda, una dependienta y un cliente comprando unos pantalones. Lo que se necesita es una fábrica de coches, ingenieros y muchos compradores. Cuando eso se produzca, España empezará a crecer. Hasta entonces hablamos de un falso consumo.
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